Diferencias entre préstamo y crédito hipotecario
Dentro de todas nuestras posibilidades para recurrir a una fuente de financiamiento existen dos que pueden ser de gran ayuda en situaciones particulares, como la compra de un inmueble, por ejemplo. Estas son el préstamo y crédito hipotecario. Sin embargo, son dos caminos muy diferentes para acceder a un proceso de financiación. Estos dos métodos funcionan de manera diferente y se rigen bajo sus propias reglas, como bien podemos considerar es importante elegir aquel que sea más beneficioso para nuestros proyectos.
Un préstamo nos entrega un monto específico de dinero en un solo momento, después estaremos comprometidos a pagarlo dentro de un plazo específico, cumpliendo cuotas e intereses pactados con la entidad financiera o bancaria que nos concedió el préstamo.
Por otro lado, el crédito nos permitirá acceder en distintos momentos a ciertas sumas de dinero, todas pactadas en el acuerdo entre acreedor y deudor. Al igual que el préstamo, se organizará un proceso de pago por cuotas determinadas, con sus respectivos intereses.
Evaluemos, entonces, cuál de estos dos caminos es el mejor para nuestro futuro proyecto. Siempre debemos apostar por mantener un cuidado sobre nuestra vida financiera, una vida financiera saludable, nos da oportunidad de seguir creciendo.
¿A qué se refieren con hipotecario?
Si bien la naturaleza de un préstamo y crédito son similares, su estructura y funcionamiento es diferente. No obstante, en ambos casos usamos el mismo adjetivo para describir una particularidad, y dicho adjetivo es hipotecario.
¿A qué se refiere hipotecario?, ¿qué aspecto particular de los créditos y préstamos se refiere?
Pues, sabemos que tanto préstamos como créditos son procedimientos por los cuales se solicita a una entidad bancaria o financiera que nos entregue un monto de dinero para uso según a necesidad propia del solicitante.
Pero, cada vez que solicitamos debemos cumplir una serie de requisitos. También, debemos cumplir correctamente con plazos establecidos y cuotas. Y debemos presentar lo que se denomina como garantía.
Pese a que existen diversos tipos de garantías, y suelen variar también entre créditos y préstamos, podemos considerar tres tipos fundamentales que las entidades bancarias y financieras suelen pedir como requisito, y son las siguientes:
Garantía real: Esto se refiere a el uso de bienes de quien solicita el dinero, o quien funciona de garante en otros casos, al préstamo o al crédito. Siendo un respaldo para la entidad financiera y bancaria, en el caso de que no se pueda devolver el dinero prestado o acreditado, o que sea imposible cubrir los intereses del acuerdo
Un garante o aval: es cuando otra persona, que no es el solicitante, se hace responsable de la deuda.
Si el solicitante del préstamo o crédito posee acciones, bonos u otro tipo de obligaciones financieras, también pueden ser usadas como garantía para entidades financieras o bancarias. Estás las usarían en caso de que el solicitante no pueda cumplir con su obligación.
En el caso de un préstamo o crédito hipotecario, estamos hablando de una garantía real. Que suele ser un bien inmueble o un derecho sobre el mismo, esto será el garante del crédito o del préstamo.
El bien inmueble puede ser desde un terreno, un local comercial, una casa o departamento. La entidad financiera o bancaria pasará a tener un derecho real sobre dicho bien, y esto se mantendrá hasta que el compromiso del solicitante sea saldado por entero.
Ahora, en qué difiere el crédito y préstamo hipotecario
Como podemos suponer la clave de ambos se da en el uso de una garantía real sobre un terreno, casa o cualquier tipo de inmueble que será la hipoteca. Una vez elegido esta base, podemos ver qué es lo que estamos buscando o qué necesitamos para elegir entre un préstamo un crédito hipotecario.
Bien sabemos que los créditos son como una línea abierta para usar un monto de dinero propuesto por la entidad bancaria o financiera. Con esto, el solicitante podrá disponer de ese dinero en el momento que considere necesario, y no tendrá que usar todo el monto disponible.
Por ende, su deuda dependerá del uso que le dé en distintos momentos al dinero que tiene disponible. Se pagará el monto usado en cuotas pactadas en el momento de disponer de dicha parte del dinero, y sobre ese mismo se aplicará un porcentaje de intereses.
Esos intereses no son los mismos que se usan en los préstamos. Ya que, el interés se dará sobre el monto de dinero usado por el solicitante, no sobre el monto total que tiene disponible.
Es común que el crédito hipotecario sea usado por empresas o emprendimientos, más que por personas naturales. Puesto que, el crédito se usará por partes durante un periodo de tiempo determinado. Podrán ser diversas inversiones que se requieran.
Pero, ¿qué pasa con el préstamo hipotecario?
En este caso, la entidad financiera o bancaria pone a disposición del solicitante un monto determinado de dinero en un momento específico. Sobre todo, este monto se pactarán los intereses y las cuotas para amortiguar la deuda.
Si bien es un monto elevado, al ser entregado una sola vez, se tendría pensado para una inversión específica, usualmente para la compra de algún inmueble o bien que necesite el solicitante.
Se podría decir que el préstamo termina siendo más específico; mientras que el crédito puede ser más versátil y llevadero, por eso puede tener mayor funcionalidad que el préstamo.
En ambos casos, el solicitante se compromete con la entidad bancaria o financiera a cumplir con la devolución del dinero, dentro del tiempo determinado, cumpliendo con sus cuotas e intereses. Y, en caso de que no sea posible cumplir, se tendrá la hipoteca como garantía tanto en el préstamo como en el crédito.
En resumen
Si bien el crédito es un monto de dinero que podrá disponer libremente en distintos momentos, y el préstamo es la entrega fija de un monto de dinero en una sola ocasión, en ambos casos tenemos la posibilidad de recurrir a una propiedad como garantía.
Lo cual, sea cual sea nuestra necesidad como solicitante, sería un respaldo fuerte y sólido para atravesar cualquier eventualidad que podamos encontrar en nuestra vida financiera.